Cuando me enteré de que tenía cáncer me puse a leer como loca sobre qué alimentación podía beneficiarme más durante el tratamiento. Me topé con el estudio Predimed donde se había demostrado que la dieta mediterránea podía reducir en un 30% los infartos e ictus, un 66% de los problemas circulatorios y prevenir enfermedades crónicas como la diabetes, enfermedades neurodegenerativas y el cáncer de mama, modular el sistema inmune gracias a las propiedades del aceite de oliva virgen extra (AOVE).
Aprendí que aceite de oliva virgen extra (AOVE) tenía que ser de un tipo determinado y tomar una cantidad adecuada en crudo:
– ¿qué tipo de aceite? aceite de oliva virgen prensado en frio ya que mantiene todas sus cualidades
– ¿qué cantidad? se recomienda tomar cinco cucharadas de aceite de oliva virgen prensado en frio crudo al día.
Las dosis diarias de aceite de oliva tienen un efecto protector sobre la expresión de genes relacionados con la sensibilidad a la insulina (mejora los parámetros relacionados con la glucosa) y el desarrollo de la aterosclerosis.
La riqueza de sus antioxidantes disminuye el daño oxidativo y el estado inflamatorio, ejerciendo una protección celular ante las enfermedades.
Más beneficios de la dieta mediterránea:
- Más capacidad antioxidante en sangre
- Mejora la absorción de niveles de glucosa en sangre.
- Mejora el perfil lípido
- Baja la presión arterial.
- Disminuye grasa cintura
- Mejora la concentración de trigliceridos y la concentración de colesterol total, disminuye el colesterol y las lipoproteinas de baja intensidad (LDL), mejorando el nivel de colesterol bueno HDL de alta intensidad.
- Mejora el fibrinógeno
- Mejora el marcador coagulación
- Disminuye los 8-oxodesoxiguanosina.
- Protege frente a la inflamación en las paredes arteriales.
- Aumenta la capacidad de antooxidantes.
- Menor aumento postprandial de factor de coagulación VII
Otras consideraciones:
– Menor incidencia de determinados tipos de càncer (Rotelli, 2015; Demetriou, 2015; Kontou, 2015).
– Mayor longevidad (Trichopoulou, 2002; Pérez-López, 2009; Chrysohoou, 2013).
– Menores cifras tensionales y tasas de HTA (Nissensohn, 2016).
– Menores tasas de prevalencia de DB y síndrome metabólico (Karantonis,2006; Salas, 2014; Lorgeril, 2015; Veissi, 2016).
¿Qué caracteriza a la dieta mediterránea?
- El uso de AOVE para cocinar y aliñar en crudo.
- Alto consumo de frutas y verduras.
- Consumo de frutos secos.
- Pescado
- Eliminar las carnes rojas y sustituir por carnes blancas (pavo y pollo).
- Eliminar los alimentos procesados.
- Sustituir las salsas procesadas por refritos de ajos, cebollas, tomates y hierbas aromáticas.
- Bajo consumo de alcohol, lácteos y azúcar.
- Consumir fibras integrales frente a fibras blancas.
Un punto controvertido de la dieta mediterránea es la copa de vino al día. Los efectos del consumo de etanol están bastante menos claros de lo que parece: si bien es cierto que la ingesta de alcohol aumenta el riesgo de sufrir diversos tipos de cáncer (particularmente los del tubo digestivo y el de mama, incluso a dosis bajas; así como incrementa el riesgo de sufrir cáncer de endometrio, páncreas y próstata a dosis de ingesta más altas), su consumo a dosis bajas (en torno a unos 15 g/día en mujeres y 30 g/día en hombres) también está asociado a una disminución de la incidencia y mortalidad por enfermedades cardiovasculares (particularmente los infartos de miocardio y los ictus isquémicos), una menor incidencia de diabetes mellitus tipo II y un menor desarrollo de ciertos tipos de demencia (en este último caso, las dosis protectoras rondan los 5-6 g/día en mujeres y los 10 g/día en hombres).
Desde hace tres años, estoy encantada de seguir una dieta mediterránea «PLUS», ya que no tomo ni una gota de alcohol, nada de lácteos por recomendación de un prestigioso oncólogo español y sin nada de azúcares añadidos, tan solo los de la fruta.
Referencias:
http://www.predimed.es/
https://academic.oup.com/ajcn/article/98/3/845/4577262
Tags : aceite de oliva virgen extra, antiinflamatoria, cáncer, cáncer de mama, dieta mediterranea